martes, 22 de junio de 2010

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL SUBUNIDAD111

ESPECIALIZACIÓN: “DISEÑO DE EXPERIENCIAS DE APRENDIZAJE”


CREATIVIDAD
ASESOR. ALBERTO GUTIERREZ LOBATO
- “PEDAGOGIA CRITICA”
- “LA PEDAGOGÍA DEL OPRIMIDO”
AUTOR: PAOLO FREIRE


ALUMNA: MA. GUADALUPE VARGAS.



SAN LUIS DE LA PAZ, GTO., JUNIO DEL 2010.



La pedagogía crítica busca “curar, reparar y transformar al mundo” y va dirigida a quienes se atreven a tener esperanza, esta última afirmación puede escucharse como un verdadero “atrevimiento” en medio de tantos enemigos sociales, imposiciones, agresiones, lucha de poder y demás fenómenos que vivimos. Los teóricos que sostienen esta filosofía tienen puesta su esperanza en la escuela, en la que verdaderamente desempeña prácticas pedagógicas comprometidas en la transformación social que se solidariza con los grupos subordinados y marginados. Porque aunque originalmente la escuela pretende formar ciudadanos inteligentes, responsables, comprometidos y hábiles los resultados presentan otra versión y concluyen con sus egresados como sujetos irreflexivos que en la vida diaria practican las ideologías de las culturas dominantes. Es quizá debido a que no hemos aprendido a ver, analizar, cuestionar los problemas sociales, deslindándolo de la educación. Sin darnos cuenta, silenciosamente los conocimientos que adquirimos u ofrecemos en las escuelas van cargados de una forma subjetiva que arraigan relaciones de poder, marginación, clases sociales.
Existen diferentes formas de conocimiento: el conocimiento técnico para las ciencias naturales y evaluadas mediante exámenes o mediciones para clasificar, regular y controlar a los estudiantes. El conocimiento práctico, enfocado a las ciencias sociales, éste no se mide con instrumentos estadísticos. El conocimiento emancipatorio que nos ayuda a entender cómo las relaciones sociales son distorsionado y manipulado por las relaciones de poder y privilegios. Es éste último el tipo o forma de conocimiento que habría que procurar y abordar dentro de nuestras escuelas para lograr los fines y objetivos originales de la educación, favoreciendo la crítica y reflexión, la duda e investigación, comenzando por nosotros los docentes para proyectarlo y comunicarlo eficazmente en nuestros alumnos.

Dentro de la sociedad todos los elementos que la conforman ejercen un papel importante y al mismo tiempo se entretejen para complementarse, tanto las formas culturales, el lenguaje, la ideología, educación, economía, liderazgo y hasta los prejuicios aportan condiciones que caracterizan a la sociedad.


“Tal vez sea ése el sentido más exacto de la alfabetización: aprender a escribir su vida, como autor y testigo de su historia: biografiarse, existenciarse, historiarse” estas palabras del autor me invitan a pensar más allá de la alfabetización o decodificación del sistema de escritura, si bien es cierto que en preescolar no se enseña a leer y escribir de manera convencional, si tenemos el compromiso y oportunidad de brindar a los niños ocasiones de participar en actos de lecto-escritura y sobre todo favorecer espacios de expresión para que el alumno del Jardín manifieste de formas diversas sus sentimientos, inquietudes, anhelos, y desde estas etapas inicie a “escribir” su vida: reconociéndose como elemento de una sociedad primeramente como ser íntegro y único, en el núcleo familiar, escolar y en consecuencia de una sociedad matizada de costumbres, cultura, necesidades, carencias y aspiraciones, es decir tenemos que formar parte importante de esa tarea de encausarlo para que imagine su futuro y exprese sus ideas sobre lo que le gustaría ser y hacer como miembro de su sociedad. Conservando las características de su medio y aspirando a ser miembro participativo en los cambios y mejoras que requiera los ambientes en que se desarrolla.

En páginas posteriores el autor hace referencia a la solidarización como un valor que debe practicarse, vivirse en toda la extensión de la palabra, porque sólo con actitudes como ésta se puede lograr la liberación o superación que reclaman nuestras sociedades actuales que al igual que en el relato se vive en el desamparo, la miseria, la carestía de la vida y los salarios bajos; sin embargo nos olvidamos y caemos en individualismos en defensa de intereses muy particulares, lo cual resta fortaleza al grupo, asociación u organización y elevando el domino de que ejerce el poder. Y aunque la modernidad se impone no es así para el despertar de las sociedades oprimidas, es decir que no hemos alcanzado el desarrollo continuamos siendo dependientes por la incapacidad de toma de decisiones oportunas y sociales.

Los dos documentos (pedagogía crítica y pedagogía del oprimido) son semejantes en la intención de llevar al docente a una reflexión profunda sobre qué hemos hecho o abandonado para el “despertar” de nuestra sociedad, formamos parte de ese grupo minoritario que se arriesga a tener esperanza y a dejar que entre los grupos de los subordinados nazcan y aparezcan lideres que enfrenten a la cultura dominante o nos limitamos a la transmisión legítima de la sociedad operante, llevando a la desigualdad y división de la sociedad misma.

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