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Este es el blog de la especialidad en Diseño de Experiencias de Aprendizaje.

miércoles, 16 de junio de 2010

Ensayo pedagogía critica

ESPECIALIDAD
DISEÑO DE EXPERIENCIAS DE APRENDIZAJE
ALUMNA: ALMA EDITH CRUZ MUÑOZ
MATERIA: CREATIVIDAD
ASESOR: ALBERTO GUTIERRES LOBATO
Paulo Freire y la pedagogía del oprimido
Mclaren y la pedagogía critica
Para iniciar con el dialogo con el autor, me permito preguntar ¿Hacia dónde se orienta la lectura de nuestra realidad educativa? La realidad educativa puede ser leída desde diferentes perspectivas, hoy planteare una vinculación de la realidad educativa mexicana, con las aportaciones de Paulo Freire y Mclaren.
Recordando a Paulo Freire como un humanista vinculado a movimientos genuinamente latinoamericanos como el de la teología d la liberación, hoy en este espacio me permito dialogar sobre la Pedagogía del oprimido, pero ¿qué es esta pedagogía a que se refiere?
Pues bien la pedagogía del oprimido es liberadora tanto del oprimido como del opresor. En Pedagogía del oprimido Freire dice que existen dos tipos de educación: la domesticadora y la libertadora. La domesticación consiste en transmitir una conciencia bancaria de la educación: se impone el conocimiento al educando que permanece pasivo, sin derecho u opinión. La educación libertadora sigue la misma línea que la concientizadora.
Según Freire el sistema educativo debe ayudar a que el sujeto contribuya al cambio social y político, plantea que el proceso educativo no es neutral, sino que implica una acción cultural para la liberación o para la dominación. Si es para esta última, estamos ante la educación bancaria, proceso educativo rígido, autoritario y antididáctico.
Reconociendo que la educación bancaria no es la mejor vía para lograr la tan anhelada educación de calidad, las aulas mexicanas, pueden ser espacios en las que se favorezcan la creatividad, donde se transforme el saber, y se respete el ser. Pues “Solo existe saber en la invención, en la reinvención, en la búsqueda inquieta, impaciente, permanente que los hombres realizan en el mundo, con el mundo y con los otros” (Freire 1985)
Es importante reflexionar sobre la necesidad de la sociedad mexicana por formar seres reflexivos, que desarrollen una conciencia crítica sobre su papel en la sociedad, en el mundo, y como transformadores de este. Es claro que si en el aula mexicana se impone pasividad, los estudiantes en su etapa de adultos tenderán a adaptarse en vez de transformar, pues se estimula más su ingenuidad y no su criticidad, satisfaciendo los intereses de los opresores.
Tal pareceré que vivimos en una sociedad de la comodidad, es decir, nos gusta reproducir y no pensar, crear, descubrir, reinventar, etc., el acto pensante, duele, cansa, pero transforma, libera. Según Freire el pensar auténticamente es peligroso.
Pero de acuerdo con los textos de Freire la violencia ejercida por los opresores, tarde que temprano, genera alguna reacción por parte de los oprimidos, y estos, generalmente anhelan convertirse en opresores de sus ex opresores. Sin embargo, los oprimidos tienen para sí el desafío de transformarse en los restauradores de la libertad de ambos. Pero no bastas en este dialogo conocer la relación de opresor y oprimido, ¿qué acción transformadora puede el docente mexicano diseñar para crear una relación más humana y con sentido?
En México, durante los últimos años, las diversas administraciones han hecho repetidos esfuerzos por crear un marco nuevo de educación de calidad, centrado en la globalización y la competitividad, estas reformas se han quedado cortas. Hoy la tecnología nos hace dominados, con juventudes destinadas a la maquila y con escasa oportunidad de trabajar de acuerdo al potencial del individuo, hoy se transcurre por caminos escasos, artificiosos, que llevan al individuo a la desesperanza y a la frustración.
¿Cuál es el papel o tarea de la escuela? Enseñar a leer y escribir es una de las tareas básica de la escuela primaria. Pero, ¿Es una obligación o un derecho?. Hay un derecho a la educación universalmente reconocido y también una educación obligatoria.
Existe un proyecto global de la sociedad, y a la escuela se le delegan grandes tareas, una de ellas es la alfabetización, y hoy en día el desarrollo de competencias para lograr personas competentes en un determinado espacio laboral, sin embargo, el proyecto de nación y el trabajo de la escuela debe ir más allá, no solo la alfabetización mecánica, sino primeramente rescatar el concepto de lo que es educar y el educar es arte, así como el rescate del propio ser humano, si el ser entre otros se reconoce como ser entre otros seres cabe el respeto, para dignificar el proceso de enseñar y el proceso de aprender.
Por otro lado reconciliarse con las ciencias, que está al servicio del poder de la ideología dominante, los profesores no podemos prescindir de dicha ideología, pero el saber científico no se aprende con conceptos, sino interpretando e investigando su historial. Aprender como tarea de la escuela, es entonces acción, energía libremente creadora.
Así como la pedagogía del oprimido y la educación liberadora, han surgido otras teorías que se definen como la nueva sociología de la educación o la pedagogía crítica, que no consiste en un conjunto homogéneo de ideas. Su objetivo es habilitar a los desposeídos y transformar las desigualdades e injusticias sociales existentes.
La pedagogía critica busca que el maestro e investigador devele el papel que en realidad juega la escuela dentro de la sociedad. Manifiesta la asimetría que hay entre clases sociales, la cultura y género y que de igual forma se vive esta asimetría en las escuelas. La escuela lejos de formar al ser lo deforma.
“La preocupación por la dimensión moral de la educación ha llevado a los académicos críticos a emprender una reconstrucción socialmente crítica de lo que significa ser escolarizado” (Mclaren, 1994)
Los educadores críticos hacen uso de la dialéctica, el pensamiento dialectico “implica buscarlas contradicciones, es una forma abierta y cuestionadora de pensamiento que exige una reflexión completa” (Wilfred, Stephen Kemmis).
Mediante el pensamiento dialectico se pone en balance la realidad, es decir, se busca reconocer las contrariedades de la vida real de la escuela en sociedad, se reflexiona sobre ellas y se pasa hacia un pensamiento constructivo.
El Estado y la sociedad son los responsables de la distribución de saberes a través de la escuela. La escuela a través del currículo organiza los contenidos, plantea los lineamientos por los que los maestros se guiaran en su labor de enseñanza, entonces hay que saber el currículo, pero principalmente hay que reflexionarlo, ¿quién forma el currículo, quién lo elaboró? ¿Qué encierra el currículo, cuál es su trasfondo?
El valor que tiene la escuela, la de distribuir saberes útiles para el desarrollo económico, el desarrollo nacional integrado y la construcción de un modelo político democrático, son aspectos que el pensamiento dialectico de los educadores deben de reflexionar.
Estamos presenciando un proceso de desintegración social, económica, regional, cultural, productiva y política en la cual emergen con toda virulencia sub-culturas.. Los grupos sociales se cierran en defensa de sus propios intereses debido a la política llevada adelante por los gobiernos, y la escuela es solo el medio por el que logran sus intereses, se perdió el fin, el objetivo de lo que es educar, de lo que es la escuela, ¿Pero qué podemos rescatar? ¿Qué podemos hacer los educadores en el aula de clases para liberar esta labor tan digna del ser humano?
Es sin duda la tarea principal del docente, partir del reconocimiento de su papel en la sociedad y posteriormente, recrear su labor con los estudiantes, permitirles liberarse, pensar, crear, vivir.
Pues educar es una praxis humana, cuyo propósito es la constitución de seres cabales, responsables, íntegros. Y la única manera seria y sincera de participar en esta formación es realizándola en libertad, propiciando que cada estudiante sea capaz de valerse por sí mismo, dejando que tome sus propias decisiones, impulsándole a que asuma su autonomía y la ejercite.
Pero para dar libertad hay que tenerla, nadie da lo que no tiene. Educar en libertad y para la libertad.
Sí, educar es dejar ejercitar la libertad de aprender, pensar, ser vivir y crear.
Como advierte Cardona –de acuerdo con Viktor Frankl- , no es “libertad de”, sino que es justamente “libertad para”, es decir, elegir su finalidad, para decidir el fin de la vida misma.
Educar en libertad y no en opresión, es dejar que cada estudiante asuma la responsabilidad de cuidar de sí, de cultivarse, de constituirse, de formarse, entonces será el estudiante el artesano de su propia vida.

CONCLUSIÓN
Por todo esto y en forma de conclusión, considero que la situación actual es de una profunda crisis educacional, en donde la escuela representa los ideales de la modernidad y los alumnos quedan en desventaja. Entre la escuela y los alumnos no se produce el diálogo y la comunicación que se requieren para el progreso social; los medios no facilitan la tarea educativa, en la mayoría de los casos la obstruyen.
La sociedad se debate en una serie de desaciertos y búsqueda de una nueva escala de valores éticos y morales en medio de una crisis caracterizada por el descreimiento, el individualismo y la falta de cooperación.
La familia, imbuida en esta maraña de desencuentros ya no influye tanto como formadora del individuo, muchas veces cae en la intrascendencia, la incomunicación y el aislamiento.
El docente, envuelto en un sinfín de quehaceres administrativos sin sentido, deja en segundo plano la tarea real y digna de la enseñanza.
¿Qué hacer?
Dar la mano para salir juntos del plano de la necesidad y entonces correr hacia ese horizonte infinitamente abierto que es la libertad de ser, hacer, aprender, crear y vivir.
La responsabilidad está en cada uno de nosotros, el compromiso libera la labor educativa, que urgida de vivirse en respeto, en atención mutua, trata de liberarse de la opresión que ya focalizada, nos queda más que hacer.
Freire inicio con el despertar de conciencias, como docente mexicano necesito despertar del letargo actual e iniciar con compromiso una nueva labor en mi centro de trabajo, empezar con mi espacio y en mi tiempo, con mi conciencia y mi voluntad.

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